martes, 25 de agosto de 2015

Conclusiones



Llevo un tiempo pensando en la vida, en mi vida, y he llegado a la conclusión de que no hay conclusiones que valgan. La vida es un camino, un progreso, una lucha constante, y la claridad de hoy se puede convertir en la duda del mañana. 

Diciendo esto no pretendo dar lecciones a nadie, ni siquiera a mí misma, y mucho menos otorgarme unas palabras más que usadas a estas alturas de la historia de la humanidad. Solo intento reafirmar una verdad que ya sé, que todo el mundo sabe, pero que a veces, por razones inherentes a una condición que nos impulsa al círculo de "aprender-desaprender", se nos olvida.

Cuando miras atrás en el tiempo te das cuenta de que todo lo que pasó tenía su razón de ser, y que del mismo modo verás las cosas en el futuro aunque ahora seas incapaz de aceptarlas. Que lo que fue, fue porque así tenía que ser, y que lo que no fue, por algo sería. 
El reloj te da la perspectiva necesaria para entender cada una de las decisiones que tomas en la vida, y aunque a veces parezca que hay ciertos recuerdos que se te escapan de las manos, si te enfocas en la dirección adecuada acabarás encontrando una respuesta.  Quizá fue un error, quizá deberías haber tomado aquel otro camino, quizá si hubieras hecho eso o aquello otro todo hubiera sido extremadamente diferente. Pero, ¿eso qué más da? El pasado ya no se puede cambiar.

Yo no creo en las casualidades, pero tampoco creo que exista un destino que nos marque el camino a seguir. Creo que cada uno decide qué tipo de vida quiere vivir, y no me refiero precisamente a la parte material de la vida; hablo de la forma de vivirla. Quizá aún soy joven para saber de qué va todo esto de la existencia, pero lo que sí sé es que un día estás dentro del pozo con el agua hasta la garganta y al día siguiente te encuentras fuera de él; que lleva el mismo trabajo ser pesimista que optimista, y sólo tú decides con qué cara de la moneda te vas a quedar. Que el pasado es el que es, y por más que llores, grites y te obceques ya no cambia; lo único que puede cambiar es el futuro. Todo depende de ti. El futuro es relativo, la vida es relativa, las conclusiones son relativas; lo único que no cambia es el pasado. Así que puedes hacer caso de lo que te estoy diciendo o puedes inventarte tu propia filosofía de vida. Pero hagas lo que hagas, recuerda que el único tiempo en el que tienes poder es el ahora. El presente es el que posee los cimientos de tu vida. Y al final, tus decisiones, acertadas o no, serán las que la construyan.



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